lunes, 24 de marzo de 2008

SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÙBLICAS

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL POLITÉCNICA DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL

CENTRO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO

CURSO: POLÍTICAS PÚBLICAS

CONVENIO UNEFA - FONTUR

ENSAYO Nº 5


Autora: Prof. Villamizar M., Ingrid.

C.I.:9.149.651

Prof.: Alexander J. Blandín R.


SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS


Para implementar una Política Pública, el Gobierno debe determinar el objetivo principal de ésta, diseñarla conforme a las características de la población afectada o impactada por su implementación, las circunstancias (momento histórico) en el que se van a tomar las acciones respectivas y su factibilidad de implementación tanto económica como política.

Sin embargo hay aspectos fundamentales que no siempre han sido tomados en consideración, y que pudieran determinar el éxito o fracaso de las Políticas Públicas, estos aspectos son “el seguimiento” y la “evaluación” de las mismas.

El Seguimiento se refiere al chequeo continuo y control de los alcances, logros e impacto alcanzado por la implementación de determinada Política, lo que permite en cualquier momento redefinirla, fortalecerla o terminarla, si es necesario, todo esto de conformidad con los lineamientos generales del Programa o Plan de Políticas diseñadas por el Gobierno. Así mismo, la Evaluación consiste en el proceso de medición final del éxito alcanzado por dicha Política, lo que permitirá determinar los pasos a seguir para el diseño de nuevas Políticas Públicas.

Díaz, H. y Pérez; A., en su trabajo de Evaluación De Las Políticas Públicas (2008), señalan que:


1.- La Evaluación debería ser incorporada como una parte integral de la Política desde su diseño inicial. Cuando al momento de formular una nueva Política Pública, se sabe que habrá una Evaluación – Periódica, continua o final – se hace obvio que dicha Evaluación tendrá que hacerse con base en algún objetivo explícito y mensurable. De esta manera, la exigencia de la Evaluación a que las políticas sean claras en cuanto a sus metas concretas.

2.- Se sugiere que evaluador debiera ser un ente independiente de la unidad ejecutora. Si bien es algo desagradable admitir que una oficina gubernamental podría ser del todo honesta para evaluar sus propios programas, también tenemos que recordar el principio de los incentivos. La persona que evalúa su propio trabajo tiene fuertes incentivos para que el juicio sea positivo. A los maestros no se le ocurriría que los alumnos se pusieran sus propias notas, tampoco debe hacerse esto en las políticas Públicas. Siempre será más conveniente la avaluación externa que la interna. Los gobiernos modernos desarrollan grupos con capacitación especial en evaluación, campo especializado en el análisis de las Políticas Públicas. No es suficiente depender solo de las Contralorías, porque estas tienden a limitarse a los aspectos meramente administrativos de los programas – si las ordenes de pago van acompañadas de sus soportes correspondientes, si lo que se gastó es igual a lo que reflejan los informes, etc. – mientras que una oficina profesional de evaluación esta preparada para comparar los objetivos explícitos con los resultados reales.


3.- Transparencia. No hay mejor evaluador que el ciudadano y el contribuyente. El acceso a la información acerca de los programas públicos es fundamental en el proceso democrático.

Si bien es cierto que existen muchas teorías de cómo realizar dicho seguimiento y evaluación, como también se han señalado muchos procedimientos que permiten realizar estas actividades sistemáticamente, sin embargo, estos solamente serán coherentes cuando los funcionarios que las ejecutan tengan claros los lineamientos generales dados por el Gobierno, y actúen cónsonamente con estos.

Cabe resaltar que estos dos aspectos deber realizarse con instrumentos confiables, por personas objetivas (los más posible), con la intención de observar la realidad para poder estar en capacidad de tomar los correctivos necesarios. Si las personas que realizan el seguimiento y la evaluación no están capacitadas, no cuentan con los recursos y la información necesaria, y/o están involucrados de una u otra forma con la implementación de la Política que pudiera interferir con su objetividad, se corre el riesgo de sobre-evaluarla o subestimarla, trayendo como consecuencia la toma de decisiones erradas o no cónsonas con la realidad.


Autora: Prof. Villamizar M., Ingrid A.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ø Díaz, H. y Pérez; A. (2008): Evaluación De Las Políticas Públicas. Políticas Públicas - Convenio UNEFA-FONTUR 2008. [On-line].

Disponible en: http://politicaspublicasfontur.blogspot.com/

Ø Díaz, Damaris (2004): Cómo se Elabora un Ensayo. Acción Pedagógica. Vol. 13. Nº 1/2004. Universidad de los Andes.

Ø Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003. © 1993-2002 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.




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